Pasaron dos días del trágico incendio, dos días que nos
mantuvieron corriendo, viendo que podíamos recuperar, que podíamos salvar de
ese infierno. Sin dudas el miércoles fue la madrugada negra de Baradero, el
humo nos tapo a todos dejando en cenizas la querida estación de nuestro pueblo,
esa estación que es como nuestro segundo hogar, parte de la cotidianeidad de
nuestras vidas y cuna de nuestros sueños.
Recién hoy podemos ponernos a pensar como se llego a esto.
En 2009, a partir de la iniciativa de la Asamblea y amparado
en un contrato del año 2002 firmado con el concesionario NCA, el concejo
deliberante vota por unanimidad una ordenanza. La cual estipula tomar posesión
de la estación y llamar a un concurso de arquitectos para su restauración
histórica. En 2010 este concurso contó con presupuesto pero nunca fue
ejecutado.
Entre tanto, desde la asamblea se pidió innumerables veces,
formal e informalmente, que se cumpla con la ordenanza, que se brinde seguridad
al edificio y al pasajero, que se ilumine el predio y que la ronda policial
incluya los andenes. Incluso el 5 de junio de 2012 se utilizó la banca del
pueblo para presentar un proyecto integral para la estación. El mismo no fue
tratado hasta el momento y descansa en una carpeta de la comisión de obras
públicas.
Por el contrario, a mediados de 2012, el municipio solicitó
a la empresa NCA que sus empleados abandonen el edificio. Los trabajadores
ferroviarios, que todavía contaban con una oficina en el edificio, eran la única
presencia permanente.
El 5 de marzo de 2013, mediante una carta dirigida al
intendente y al HCD se alertaba lo que podía suceder con la estación
desprotegida. Teniendo como antecedente la quema del quiosco el 17 de febrero
del mismo. En la carta se pedía expresamente el cerramiento de aberturas y la
presencia de un sereno (ver carta completa adjunta).
En el último mes personal de la UCEP comenzó a limpiar parte
del edificio con el fin, según sus
palabras, de mudar allí la oficina de este organismo municipal e instalar unos
talleres textiles. Durante este tiempo
se les alertó que estaban siendo descuidados con el cerramiento de las áreas
que habían tomado, encontrando en varias oportunidades puertas y ventanas
abiertas.
Ya sea accidental, vandalismo o intencional, el fuego tiene
un responsable detrás: el estado.
¿Qué hizo cada funcionario municipal y legislador de nuestra
ciudad para evitar esto?
Ante las propuestas y proyecto que llevamos como colectivo
de vecinos, se opuso la inoperancia de un estado ausente que siempre intentó
menguarnos a fuerza de palmaditas en la espalda y postergaciones, nunca nos dio
una respuesta. Nuestro proyecto no fue aceptado, tratado ni rechazado, tampoco
se presentó algún proyecto alternativo.
¿Para esto se tomó posesión de la Estación?
Nos queda una estación en ruinas, el espacio que recuperábamos
con tanto esfuerzo se borró en una noche. Hoy nos vemos obligados a empezar de
nuevo, pero no desde cero. La construcción colectiva de estos 4 años y medio no
fue en vano. No solo se trabajó en lo material, recuperando un espacio que nos
pertenece a todos, sino que también se demostró que otra forma de hacer las
cosas es posible. La construcción de ideas no tiene que ser siempre impuesta de
arriba hacia abajo, sino que todos podemos transformar nuestra realidad
trabajando colectivamente en base a nuestras convicciones.
El incendio destruyo lo material, pero no nuestro proyecto e
ideas. El espacio de encuentro colectivo, el cine, la música, la pintura, la
sonrisa de niños y abuelos, la lectura, el debate, la memoria de un barrio
ferroviario; hoy están más vigente que nunca.
Desde nuestro espacio se pudieron haber cometido cientos de
errores, aprendimos que el camino no es fácil, quizás nuestra mayor falla fue
no haber sabido como convocar a la ciudadanía. Hoy se nos da una nueva
oportunidad, por eso invitamos a todos a sumarse a este fin.
Nos vemos el sábado.
Anexo: carta presentada a las autoridades el 5 de marzo de 2013.
Anexo: carta presentada a las autoridades el 5 de marzo de 2013.